Última actualización el martes, 28 diciembre 2010 00:00
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Es necesario, que yo -como hoy lo anuncio- vete la Ley, y no solo la vete sino que, como señala la Constitución, como jefe de Estado: yo exhorto a la Asamblea Nacional a que levante toda la Ley. No se trata de vetar un artículo. No. Es el todo.
Yo pido a la Asamblea que se cree una comisión nacional en la cual yo mismo estoy dispuesto a participar; el vicepresidente, los ministros, y llamemos a todos los intelectuales de todas las corrientes de pensamiento, a rectores, estudiantes, egresados, trabajadores de las universidades, obreros, comunidades. Porque es un problema de todos.
El veto a la Ley (…) yo lo centro en la razón. En los tres ámbitos de la razón aristotélica: la razón teórica, política y técnica.
Como dice la constitución: cada universidad se dará su propio gobierno.
Hay razones teóricas para el veto. Contradicciones incluso con la autonomía.
Llegué a la conclusión, releyendo la Ley, de que es inaplicable. En la práctica, es inaplicable.
Creo que esta decisión abre el debate en lugar de clausurarlo, y convierte al proyecto en una gran oportunidad para el país